Las cucarachas son unos insectos dictiópteros, nocturnos y corredores, muy comunes en las zonas templadas del planeta y mucho más en las tropicales. Sólo tres especies de cucarachas, la cucaracha negra común (Blatta orientalis), la cucaracha americana (Periplaneta americana) y la cucaracha rubia o alemana (Blatella germanica), están extendidas mundialmente como consecuencia de las actividades comerciales.
Una característica de estos insectos es que mueren panza arriba y así se suelen encontrar sus cadáveres. No siempre es así, pero sí mayoritariamente.
El encontrar una cucaracha inmóvil en esa posición tampoco quiere decir que esté muerta, pues a menudo simulan esa condición para después voltearse y escapar cuando la amenaza que detectaron desaparece.
Pero, a lo que vamos… ¿por qué mueren boca arriba?
Cuando una cucaracha muere por causas naturales, el rigor mortis hace que sus patas se contraigan. Sería mucha coincidencia que todas las patas partieran del mismo grado de extensión y que se contrajeran a la misma velocidad, por lo que lo más común es que unas se contraigan antes y en mayor medida que las otras. Esto desequilibra el centro de gravedad del insecto, por lo que vuelca hacia ese lado.
Si la muerte viene provocada por algún insectida también acaban boca arriba. En este caso porque la composición del producto ataca el sistema nervioso del insecto provocándole espasmos que causan su volteo. Perdida la coordinación, la cucaracha es incapaz de darse la vuelta y así le sobreviene la muerte.
Curiosidades: Estos insectos resultan asquerosos para mucha gente. La aversión y el miedo, la fobia a las cucarachas, recibe el nombre de blatofobia.
Más necias que un pedo: La resistencia de las cucarachas es proverbial. Son capaces de sobrevivir durante un mes sin agua y de dos a tres meses sin comer, soportan una dosis de radiación de 6 a 15 veces superior a la que soportan los humanos y, por si fuera poco, sobreviven dos semanas sin cabeza. Que cabrón!
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